Llevo semanas tratando de explicarme a mi misma sucesos, sentimientos, pensamientos, tratando de saber que hago, intentando hacer felices a los demás, pero sin conocer lo que es la felicidad plena. Alguien me ha enseñado un par de cosas sobre la escuela de la vida, alguien capaz de transmitirlo todo con sus ojos, alguien que cautiva con su sonrisa, una sonrisa aútentica de anuncio, una sonrisa increible. Llevo semanas pensando en él, en ese pelo, en esa forma de ser, en esas palabras...
Se ha convertido en alguien imprescindile en tan poco tiempo que asusta, me asusta el reconocer que puedo sentir algo muy fuerte, tan fuerte que no sabría controlarlo. Al final me he desbordado, he tirado a la papelera todo aquello nuestro, nos he fallado.
Desde entonces.. día a día he pensando un poco más en él, cada noche me he dormido pensando en él, soñando con él, pensando el día en que todo lo que yo imaginaba ocurriría, pensando en el primer beso, en el primer abrazo, en el primer susurro, en la primera caricia, en la primera mirada.
Las semanas se han pasado lentas, cada día un poco peor, pensando en que ya no había nada que nos uniese, intentando salir del pozo en el que yo misma me había encerrado.
Pero hoy... él me ha devuelto esa sonrisa que me quitó un día, hoy le he mirado, me ha sonreido, me he sonrojado, me ha abrazado. Ojala le hubiese besado, solo me queda soñar, para que algo vuelva a pasar, para volver a mirarle, a soñar, a imaginar. Quiero ver a través de sus ojos, quiero sonreirle, dejar el mundo en un rincón abandonado ahí abajo.
Quiero quererle, y que todo el mundo lo sepa, quiero gritar, quiero susurrarle un te quiero. Quiero ser yo misma.