Hasta ahora no me había percatado pero, los días se pasan de forma rápida. Por ejemplo, estar con alguien, y no darte cuenta del paso del tiempo, hasta que miras el reloj y ves que es la hora de despedirse, son momentos que se saborean muy poco, que vivimos y aveces sin disfrutarlos totalmente.

También está el caso adverso, cuando nos quedamos encerrados en la habitación, cuando no queremos saber nada del mundo, cuando estamos tan dolidos que lo único que nos interesa es aislarnos, no somos capaces a fingir más, por que un día uno estalla, y es algo irremediable.

Quiero dejar de engañarme a mi misma, quiero dejar de estar mal, quiero dejar de pensar en el, pero no puedo, el hecho de que no quiera pensar en el es el que hace que cada día tenga más ganas de que todo sea como antes, y se que se me están yendo las fuerzas, que cada vez vuelvo antes a casa, por que no me siento bien, por que estoy forzada a sonreír, cuando en realidad solo me apetece decirles a todo lo que me pasa en realidad, que no tengo un mal día que tengo tres malos meses y que cada día que pasa solo hace que quiera renunciar al amor.

Estoy pensando y... hace dos años dejé escapar a un chico que creía el correcto, después volvía y yo me degradaba, hoy... pensé que era una persona fuerte, segura, independiente, pero no, sigo siendo la misma, cuando creo en el amor, cuando creo en las personas, es cuando expongo mi lado sensible, y salgo irremediablemente herida.

Perdona, si creía que estarías conmigo, cuando me derrumbase, cuando te necesitase, cuando ya no pudiera tragarme más lágrimas. Perdona, si creía que por un momento, ibas a ser el hombre de mi vida, por que los verdaderos hombres, no se van, luchan, por salvar lo suyo, por salvar a esa princesa en apuros.