Se acabó, cómo había prometido, no queda nada, no sé nada de ti, ¿soy feliz?, no, ¿era esto lo que quería?, no lo sé.
No puedo perdonarte, tengo unos límites y si normalmente te lo permitía todo esto se excede, se sale directamente del límite y no hay vuelta atrás.
Es muy duro empezar a entregarle tu corazón a alguien, compartir tu vida con esa persona y arrastrar un antiguo amor, es muy duro preocuparme por ti, que mi novio te vea como a una amenaza, que empiece a tirar la toalla, es muy duro ver como no logro escapar de este laberinto, siempre me quedó anclada a ti, y no... Ya no más, necesito tener mi vida, tú nunca estás cuando yo estoy mal, ¿Por qué debo estar yo para ti?.
Cada día que pasa me parece más atractiva la idea de irme, tal vez a 500 km de distancia logre olvidarte, total... Yo sólo soy una más, y no puedo aguantar más tiempo viendo cómo todo se desmorona por ti, por pensar en ti, por preocuparme por ti, por quererte.
Mi corazón está cansado de tanto quererte, mi alma está cansada de tanto creer en ti, mis ojos están cansados de tanto llorarte, mi mente está cansada de tanto pensarte, y yo estoy al límite.

Siento que una parte de mi ha muerto por dentro, siento que esa adolescente que años atrás se sintió pletórica y enamorada ayer se adentraba en un bosque y entre la niebla se despedía de mi actual yo con nostalgia, resignación y claros signos de tristeza.
Estoy luchando contra mis demonios, contra el pasado, contra el odio, contra la ira, contra mis impulsos.
¿Por qué siempre me he valorado tan poco estando a tu lado?, ¿Por qué me creaste tantas inseguridades?, ¿Por qué siempre me has tratado como a tu segunda opción?.
Te las das de príncipe azul, de chico sensible, de corazón partido que busca una chica a la que querer, respetar y hacer sentir feliz y única.
¿Sabes lo que eres en realidad?, un canalla y un caradura, alguien a quién no le importan los demás, alguien a quién nunca le he importado, alguien a quién no le importó lo más mínimo haberle pedido salir a mi mejor amiga sabiendo lo que yo sentía, alguien que desaparecía durante meses alegando haber conocido a la chica de su vida y que regresaba con falsos 'Te quiero' para llevarme a la cama, alguien que utiliza la frase 'Has sido mi primer amor' para conseguir de mi cualquier cosa.
A día de hoy mis amigas aún me preguntan ese gran interrogante al que nunca he sabido responder.

Siempre me he sentido como si fuese tu maldita sombra, como si tuviese que caminar constantemente un paso por detrás de ti.
Pensaba que esto nunca se terminaría, que nuestro 'juego' duraría para siempre, hasta que un día ambos comprendiésemos que nos queremos y tendríamos derecho a un final feliz.
Pensaba que ahora yo te utilizaba a ti, pero nada cambiaba, yo seguía siendo la número 2 y tú el manda-más.
Después de lo de ayer todo se ha acabado, ¿Cómo te atrevías a dudar de mi?, ¿Cómo has podido llamarme puta?, no eres un hombre, eres un animal, no mereces recibir amor, mereces vivir aislado, sin nadie a tu lado, como la bestia que eres.
Quiero tirarlo todo a la basura, las páginas del diario en las que escribía sobre ti, fotos nuestras guardadas en un cajón de mi escritorio, ese collar que me regalaste, los tickets del tren de cada día que iba a verte, aquella canción que te escribí, la cazadora blanca que llevé en nuestra primera cita...
Quiero olvidar aquel graffitti que hice con nuestros nombres en el parque, maldito graffitti... han pasado 4 años y ni el tiempo ni la lluvia han podido acabar con él.
Quiero olvidar todo lo que un día fuimos, quiero olvidar todo lo que he sentido por ti, quiero gritar lo que siento, llorar hasta quedarme dormida, abrir los ojos y no recordar nada.
No quiero saber nada de ti, nunca más, para mi ya no existes y nunca volverás a existir, no serás siquiera un recuerdo, porque nunca volveré a pensar en ti, haz lo que quieras con tu vida, pero esto no te lo puedo perdonar, nadie podría.

''Es en ese momento cuando te das cuenta de que no estás dispuesto a perder lo que tienes ahora por nada, Ni pido ni quiero más, digamos que me planto aquí, contigo.
No importan las discusiones que podamos tener en la que digamos cosas impulsadas por el enfado, no importan esos 500 kilómetros de distancia, no importa nada de eso, sé lo que quiero, jamás lo había tenido tan claro.
Te quiero, a ti, a tu sonrisa, a tus ojos que brillan cada vez que me ven, a tus pómulos que adquieren un color rosáceo cada vez que te llamo para recordarte que te quiero, a esas noches hasta la madrugada hablando de auténticas tonterías, pero al fin y al cabo... nuestras tonterías, nuestro mundo.
Nada en esta vida es fácil, no podemos pretender que nos lo den todo hecho, nos ganamos las cosas para poder disfrutarlas, no quiero rendirme, quiero estar junto a ti, a pesar de todo, quiero pasar esos dos meses junto a ti, quiero escaparme para ir a verte, quiero recorrer cualquier calle junto a ti, sonriéndote  mordiéndote la barbilla, provocándote...
Quiero noche y día a tu lado, ¿Y tú, qué quieres?.''

Finalmente lo comprendes, llegas a la sencilla conclusión de que los estereotipos no fallan, nada es para siempre... ni siquiera el amor.
El año pasado se me empezaba a caer esa venda que tenía en los ojos que me permitía tener fe y confianza absoluta en ti a pesar de todo, pero... parece que por fin se ha caído, era justo lo que necesitaba, cerrar capítulos de mi vida, arrancar las páginas en blanco para empezar un libro nuevo.
Al verte desde lejos mi cabeza se mantenía fría y mi corazón helado -no le quieres, repetía para mis adentros-, y algo de cierto tenía ese mantra que repetía una y otra vez, empezaba a darme cuenta de que ya no sentía nada.
Me pedías encarecidamente que te mirase a los ojos, al mirarte a los ojos ya no distinguía ese brillo que les atribuía hace años, ya no sentía absolutamente nada, y llegó ese beso, un beso que hace años me hubiera hecho sentirme única, enamorada, llena de vida, una princesa con su príncipe, pero... ya no significaba nada, tenía muchas preguntas en mi cabeza, remordimientos en lo más profundo de mi corazón, culpabilidad por fallarme a mi misma, por caer nuevamente en tus garras a pesar de no sentir nada, y pensaba, ¿Qué es esto?, ¿Simple lujuria?, ¿Dependencia?, ¿Por qué no puedo pasar página?, ¿Qué hago aquí?.
Entre jadeos ahogados, besos húmedos que recorrían el tramo desde el centro del cuello hasta el ombligo, y unos cuantos <<¿Te gusta lo que te estoy haciendo?>> los pensamientos afligidos tomaban impulso desde un corazón herido y tomaban cuerpo en forma de palabras ahogadas 


—¿Por qué no puedes quererme como yo te quiero a ti?
—Te quiero
— No, no me quieres. Sólo quieres sexo... Estoy enamorada de ti, llevo años enamorada de ti pero no puedo más.

Y, entre el silencio que se había creado en aquella habitación lúgubre, me llegué a dar cuenta: No podía seguir idealizando un amor adolescente, si yo había cambiado y él había cambiado, ¿Qué nos unía?, nada, ya nada, ni yo volvería a ser su pequeña, ni él mi grandullón, ni volvería la primavera a mi vida, ni volvería a 
sentir la adrenalina de verle esperando a que llegase, ni volvería a escribir sobre él en mi diario con bolígrafos Pilot de color rosa, ni volvería a enamorarme, mi corazón había pasado demasiadas veces ya por boxes, pero un pensamiento me atormentaba: Siempre he tratado mal a los chicos por miedo a enamorarme y sufrir, siempre le había tenido a él, siempre podría decir ''Trato mal a los chicos porque estoy enamorada de él y sé que volveremos a estar juntos'', ahora que sé que eso no ocurrirá nunca, ¿Cómo puedo comenzar un nuevo camino y olvidar todo lo anterior?, ¿Cómo puedo perder ese miedo al amor, a querer y a ser querida?.