Artificial

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    Miradas que descifran pensamientos, latidos que se aceleran cuando tus pensamientos vuelan, barreras físicas que desaparecen, muros que se derriban y la necesidad de saciar un hambre voraz, de alcanzar ese deseo, de ver que la otra persona lo deseaba tanto como .


He intentado resignarme, vivir de acuerdo a la norma, a lo que ya está impuesto y parece inamovible. He intentado calmar mis instintos, decirle a mi corazón que sea tan frío como mi cabeza, que no hay cabida para la pasión. He intentado creer algo que se me escapa.

A veces sueño, con lo que no he podido tener, con lo que no he sabido ganar, con lo que me ha dado miedo perseguir. A veces sueño con tener valentía, con derribar muros cargados de miedo. A veces sueño con un beso, con otra persona, con las vidas que no he vivido y que a veces extraño con melancolía, como el que sabe que nunca volverá a tener esa oportunidad.

Son dos personas las que se turnan y de vez en cuando, protagonizan mi sueño y me hacen pensar durante todo el día. 

Con el primero tenía una conexión especial, tanto, que parecía que teníamos algo y soy incapaz de ir contra mis principios, fieles defensores de la monogamia y la verdad. Con ese primer chico reía, teníamos bastante en común en ese momento, me retaba, me hacía sentirme viva, aceleraba mis latidos y quería más, creo que él también quería ese más. Cuando se acercó, yo sentí la necesidad de frenar, de alejarme, de ordenarle a mi cabeza que se impusiese frente al corazón. 

''No puede ser'' me repetía una y otra vez, ¿qué hubiese pasado si hubiese ido contra mis prejuicios? al fin y al cabo, tú también lo hiciste, durante dos años, sin remordimientos, sin sentir algo especial, sólo para satisfacer tu ego. Aún así, creo que hice lo correcto. 

Y es en mis sueños donde todo puede suceder. Te digo lo que he sentido, que me gustabas, que tu cabello rubio era precioso, que te miraba los labios y me imaginaba qué podría suceder. Y ocurría. Un beso, ese beso que esperabas desde hace tanto que te encantaría tener superpoderes para parar el tiempo, y quedaros así, quizás para siempre.

Han pasado 5 años, es mucho tiempo y alguna vez te he buscado. ¿Por qué en ese alejamiento te borré de todo? y aún así, a veces miro tu estado del Whatsapp, si has cambiado la foto, y lo bien que te han sentado los años. Teníamos 21 y 22 años, seguramente no hubiese salido bien, pero no me hubiese arrepentido, habríamos visto qué sucedía y habría sido increíble. A veces pienso en que toda la clase deberíamos reunirnos, para encontrarnos, para ver cómo estás, para que nuestras miradas se encuentren de nuevo.

Con el segundo, todo era más especial y de nuevo, prohibido, algo que se queda en el aire, sin saber si quiera qué podría haber pasado, sin que ninguno de los dos nos lanzásemos.

Sentía que entre nosotros había química, nos mirábamos y no hablábamos. Es extraño porque algunas cosas parece que las organiza el propio destino. Hubo situaciones en las que tuvimos que hablar, como ese día en el que teníamos que escribir qué pensábamos de la otra persona y tú me dijiste que me admirabas. 

Según nos íbamos conociendo, me ibas atrayendo más y más. Tu pelo moreno, tus facciones, tus ojos y como con el primero... tus labios. Ojalá todo lo que me sucedió este año me hubiese ocurrido en octubre de 2020. ¿Por qué? para ser más inteligente, pensar menos en los demás, centrarme en mi bienestar por una vez, poder escuchar a esa voz interior a la que siempre reprimes y dejarte llevar, sin pensar en exceso, sin preocuparte por tu pareja cuando él ni siquiera pensó en ti, sin condenarte a vivir en un sueño lo que te no te has atrevido a vivir realmente.

Quizás no lo sepas, pero me ayudaste mucho. Cuando estaba hundida, pensar en vernos, en charlar y en estar juntos, aunque sólo fuese por nuestro trabajo, me ayudó y me impulsaba a arreglarme, a salir de casa y a no pensar. Cuando iba a clase, solía escuchar música, y de algún modo, hay canciones que me recuerdan a ti, a lo prohibido, a lo que anhelas, a ese momento de película en que los dos protagonistas por fin se sinceran y todo ocurre.

Nunca llegué a entender del todo por qué ninguno se lanzó, ¿era mejor una amistad? 

Recuerdo aquel día, me dijiste que me llevabas a casa y se unió más gente, podrías haberme dejado en Moncloa como al resto, lo hubiese entendido y hubiese ido en metro. Dijiste que querías llevarme a casa, me invitaste a ir contigo de copiloto, charlamos de todo, sin ser necesariamente del trabajo, nos mirábamos, te veía sonreír y algo se activaba en mi, diste un rodeo por todo Madrid, sigo sin entender por qué y... ojalá te hubiese dicho algo ese día, ojalá un ''Oye, A, me pareces especial'' o algo que te hiciese saber lo que sentía.

Me hubiese dado igual si la respuesta no fuese la misma, habría sido valiente y eso es lo que me falta. Perdimos el contacto y a veces pienso en ti, algún día he soñado contigo, con qué hubiese pasado si encajase el timing, si las cosas hubiesen sido distintas.

Cuando me despierto, vuelvo a mi vida, donde siento que estoy atrapada en algo artificial y me da tanto miedo salir de esa vida que conozco, como quedarme toda la vida en la misma situación.

Él no se quiere casar conmigo, no quiere comprarse una casa conmigo, no quiere tener hijos conmigo, no quiere hacer planes divertidos conmigo, no es capaz siquiera de volar con Ryanair, no me deja ser espontánea, no hay ningún tipo de pasión entre nosotros, no me sale darle besos con lengua, no es capaz de tener una erección conmigo, no me mira con pasión, no escucha alguna canción que le recuerde a mi, no me hace sentirme especial.

¿Y por qué sigo aquí? no lo sé, a veces siento que necesito irme, empezar de cero, volver a ser la persona que era, enamorarme de mi misma, de la vida, de los sueños.

Vivir una temporada en mi ciudad favorita e irme de una ciudad donde estoy por ti, para que puedas ganar más y más dinero, lo único con lo que pareces disfrutar. Pintarme los labios de rojo, a todas horas si hace falta, y convencerme de que a pesar de lo que digas, me queda bien ese color y sentirme guapa.

Dejar de vivir con 27 años como tú, vivir más la vida, viajar, salir de fiesta, hacer planes sin saber dónde voy a dormir, enamorarme, desenamorarme y conocer a mi alma gemela algún día. Porque no, amor, no creo que sea mi alma gemela alguien que no me hace sentir lo más especial del mundo, alguien que hace años ya no me desea ni es capaz de tocarme, alguien que a veces siento que sólo espera de mi que le pague a tiempo la mitad de mi sueldo para el alquiler y que se ocupe de tender la ropa, alguien que no es capaz de comprometerse conmigo cuando ya llevamos casi 8 años.

Alguien, que vive una vida artificial, que me hace sentir artificial y que ve el amor como algo artificial.

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