No recordaba este espacio, algo que durante años llegó a ser mi diario personal abierto al público, algo que alberga mis sueños, mis pensamientos más sinceros, esa trama en la que han entrado y salido personajes (como si de cine se tratase) y que paulatinamente, dejó de tener sentido y llegó a quedarse como un recuerdo.
Es una pena no haber podido escribir en esos días donde la felicidad inunda tu cuerpo y sientes que estás en lo alto de una montaña rusa, hasta arriba de dopamina, ajeno a que en cualquier momento la gravedad puede volver a empujarte hacia abajo. Y por consiguiente, es una pena no haber podido escribir en esos días en los que el dolor, la rabia, la tristeza, el sufrimiento, la ansiedad también inundan tu cuerpo, porque esa soy yo: un caos, una mezcla de muchas emociones, una persona que siente con gran intensidad, que ama, que llora, que ríe, que sufre, que sueña, que se cae y piensa que no puede levantarse de nuevo, aunque al rato piensa que el sol volverá a salir y con ello, todo se reinicia.
Mentiría si dijese que han sido años fáciles, mentiría si dijese que soy la misma persona que a los 18 años o incluso a los 25. Todo cambia, la gente cambia, tus ideas cambian, tus metas cambian, aunque la esencia permanezca ahí, intacta.
No sabía lo mucho que podía necesitar tener este pequeño espacio hace más de diez años y lo incorrecto que lo siento ahora, porque parece ser que está mal sentir, está mal vivir de acuerdo a cómo percibes las situaciones y los cambios en algunas etapas de tu vida y que es mejor no tener emociones a mostrarlas y pecar de exceso de intensidad.
No sé si esto es una despedida, prefiero pensar que no lo es, aunque seamos sinceros, no sentía las ganas de actualizar mi vida con la misma intensidad que hace años y ahora siento que está mal incluso tener este Blog, aunque no me arrepiento de nada, pues refleja quién soy, para bien y para mal.
Sólo puedo deciros que abracemos la intensidad, los sentimientos, los sueños cumplidos y los sueños frustrados. Que conectemos con nuestro niño interior, con sus deseos, sus aspiraciones, sus metas, sus luchas, sus miedos, sus inseguridades, su forma de ver las cosas y de sentir, porque sí, muchas veces la respuesta a las cosas es tan simple que hasta nuestro niño interior es capaz de ver lo que nuestro yo actual es incapaz de ver.
Este último año ha estado especialmente marcado por los cambios, por el aprender a dejar ir, por la pérdida, por descubrir quién soy, por luchar diariamente contra las ganas de rendirme, por intentar abrirme, por querer más. Siento que estoy sola, que como decía Taylor Swift (Sí, en este Blog somos Swifties) ''You're on your own, kid'' y es verdad, da un poco de vértigo pensar en la posibilidad de que en muchas ocasiones, en muchos problemas que surjan, en determinados momentos de la vida, estaremos solos y tendremos que descubrir por nuestra cuenta cómo seguir adelante. ¿Las buenas noticias? que nuestro niño interior ha ido evolucionando y sabe mejor que nadie cómo tenemos que hacer para seguir hacia adelante.
Quereos mucho, priorizaos siempre, cuidaros, conectad con vuestra esencia y pensad que no hay límites.
- 11:31
- 0 Comments