Hace mucho tiempo que no era capaz de responder ''Bien'' ante un ''¿Qué tal estás?, o al menos, no de manera honesta.

Me puse una venda en los ojos, una cinta en la boca y luchaba con rebeldía queriendo quitarme esa cinta de la boca, poder hablar, poder expresarme, poder verbalizar aquello que la pluma se resistía a dejar ir. 

Me sentí atrapada, vigilada, siendo cuestionada, forzada a ser una versión sumisa que en realidad no existía y llegué a interiorizar, desechando la esencia, lo real, aquello que me hace ser única.

Desperté, lloré, miré alrededor con cierto aturdimiento, comencé a ver los colores de la primavera después de un largo y desgarrador invierno gobernado por tonos negros y sombras grises, sin un blanco que simbolizase la esperanza, aquello que nunca se debe perder y que en el fondo, me negaba a desechar.

Reconozco que siempre he pecado de creer en la fantasía, que considero justo edulcorar la realidad de la vida con magia, que en ocasiones mis sueños van por delante de la realidad, que no importa el tiempo que pase o la crudeza de los golpes... si tuviese que mirarme en un espejo y el reflejo fuese una versión mía anterior, sé que da igual el tiempo que pase entre una y otra, siempre seremos partidarias de volver a empezar, de rehacer lo que se ha roto y continuar el camino, con honestidad, con amor, con sensibilidad.

Hay momentos, circunstancias y personas que llegan a tu vida para consumir tu energía y bondad, alimentarse de tu aura, eliminar progresivamente la magia de tu vida y sumirte en un abismo en que no queda nada de ti, sólo ser la imagen refractada del dolor, el llanto, la inseguridad.

Y debo decir, que me hubiese gustado tener una bola para ver el futuro, ya que hay quienes defienden que nuestra historia está escrita y por el contrario, quienes manifiestan que la historia la escribimos nosotros.

Hace ya mucho que dejé de mencionarte, de manera residual llegas a ocupar 10 segundos en una conversación, el tiempo que tardo en afirmar con candidez que no quiero saber nada de ti y que estoy en otra página, que tú estás en otra página y por consiguiente, todos hemos dejado aquel libro en una estantería. 

Una vez me preguntaron qué hubiese pasado si nunca hubieses entrado en mi vida, si no hubiese existido aquel día y tengo claro que todo pasa por algo, tanto lo bueno como lo malo, algunas cosas nos parecen una serendipia del destino, pero son aprendizajes, ya que no existe nada tan malo y tan fuerte como para quebrantar tu alma si la alimentas con esperanza.

Nunca puedes perder a una persona, ya que eso implicaría afirmar que somos dueños de las personas y no es cierto. Las personas entran y se van, cada una tiene un papel en tu vida y viene con un cometido. 

Puedo decir que he salido más reforzada de todo aquello, que después de años llorando, de inseguridad, de tristeza, de textos cargados de dramatismo, rencor, inquina, angustia... la tormenta ha pasado. 

No me creía merecedora de un amor así, puro, bueno, transformador, sanador, donde puedo ser yo misma y ser amada tal como soy, así como puedo aceptar las perfecciones e imperfecciones de la otra persona. 

Hemos esperado mucho para conocernos, pero estoy segura de que así lo quería el destino. Miro tus preciosos ojos pardos y veo la maravillosa persona que hay dentro. 

Escucho ''Feelslikeimfallinginlove'' de Coldplay y veo que todo cobra sentido, el haber sufrido tanto que cuesta creer en el poder del amor y en que hay alguien capaz de ver en ti eso que creías haber perdido y que puedes recuperar tu esencia, ya que habrá alguien que sepa amarte por ser quien eres.

Hubo un tiempo en que me identificaba con un álbum que es un espectro de emociones vinculadas a la tristeza, a lo sombrío, a anhelar un amor correspondido, a idealizar a la otra persona, a echar de menos a alguien y que finaliza con alegría, esperanza, júbilo... 

Tengo 30 años y aunque a veces he sentido que entregué mi juventud a la persona equivocada y que ha sido quizás, el mayor error de mi vida, he comprendido que no es tanto tiempo, que si por fin empiezan a difuminarse los recuerdos cargados de pesadumbre, si por fin retomo mi vida y mis proyectos con ilusión, si por fin creo en la fuerza del amor tal como solía hacer y por fin sonrío de verdad... soy yo quién tiene la llave de la felicidad, algo que nunca debí haber entregado y que no importa cuántas veces me hicieses creer que sin ti no podría conseguir nada, porque sé que la vida es una historia y esta historia la escribo yo.

Pd: Queridas lectoras, me dirijo a vosotras puesto que la mayoría está formada por mujeres. Ha sido un verdadero placer haber escrito para vosotras, haber recibido vuestro calor a través de estos años. Hallwrites es un proyecto con mucho recorrido, con el cual no me siento identificada en este momento y en el fondo, me resisto a eliminar. 

No sé cuándo nos leeremos, pero esta historia y sobretodo, el sentimiento de esperanza, es para vosotras.

Nunca creáis que no es posible, nunca creáis que sois menos que nadie, nunca creáis que no podéis, porque con un poco de fe, todo se puede alcanzar y si nuestra vida es un libro, cada capítulo está dirigido únicamente por nuestra pluma. Nadie tiene el control sobre nosotros mismos.