La carta para dejarnos ir.

12:37

 Me gustaría decirte que he escrito esta carta para ti, pero en realidad es sólo el producto de haber rumiado durante muchos meses cómo decir las cosas, ya que en realidad, en borradores hay varias versiones de esta misma carta según el momento en que estaba.

Es curioso, pero me siento en un momento en el que cual soy más yo que nunca y al mismo tiempo no me reconozco. En un mismo año he pasado de vivir contigo, en la burbuja de La Castellana, a irme con todo a Valladolid, a reconocer que no podía hacer 300 km al día para ir a trabajar y buscar de nuevo habitación en Madrid, a volver a mudarme, a mudarme de nuevo a mi estudio, un espacio pequeño pero donde pude encontrar paz a volver a casa con mis padres por aceptar un nuevo trabajo.

Mira, también es curioso que siempre me dijeses que vivir en Madrid es algo que no podría hacer sin ti, porque tú pagabas más alquiler, porque tú pagabas la comida, porque tú me comprabas a veces la ropa, porque tú estabas arriba y yo abajo. Yo no contaba, yo sin ti... nada, yo sin ti... no podría vivir en un piso, yo sin ti... no podría pagar las facturas que me llegasen porque nunca me había preocupado por esos temas, yo sin ti... no podría hacer reparaciones en el hogar, porque no, porque mi mundo era una burbuja.

Y resulta que si, que puedo. Puedo con todo y más, esa es la lección que puedo extraer de este año. He sobrevivido a cinco mudanzas, a cambiarme de trabajo, a trabajar con terapia en mi, a superar cada día echando en falta a mi abuela, y lo he hecho. 

Querido A, no puedo decirte cosas bonitas en este momento porque no me salen, aunque obviamente sí que me quedo con los buenos recuerdos, me quedo con todas las risas, me quedo con los abrazos, me quedo con todas las cosas buenas que hiciste por mi, hasta que dejaste de hacerlo. Parece que el problema soy yo, y te aseguro que durante un tiempo llegué a disociar, a cerrarme en banda, a ver cosas y dejarlo pasar porque pensaba que no encontraría algo mejor, que quién me iba a aguantar a mi, que cómo iba a sobrevivir sin ti en Madrid, que cómo iba a ser capaz de hacer funcionar mi vida.

A veces pienso que la mitad de nuestra relación fue una mentira, y la otra mitad no lo sé... depende de ti, supongo. No puedo esperar respuestas sinceras, nunca fuiste capaz de echarle huevos y decirme en la cara ''Cristina, hablo con otras.'' o ''Cristina, llevo 2 años teniendo una relación paralela, me he ido a vivir contigo a Madrid pero es verdad que te hice creer que estabas loca mientras te ocultaba mensajes en los que le decía a Angélica que la amaba y que no dejaba de pensar en ella.'' o ''Cristina, en realidad da igual todo lo que hagas, no te quiero y nunca vas a ser suficiente para mi.''

Ojalá le hubieses echado valor cada vez que te pedía que por favor (pidiéndolo por favor y todo, ¿pringada o educada?) si querías conocer a otras personas, o te habías enamorado de alguien me lo dijeses. Era mejor tener una doble vida absurda en la que me vendes como ''tu parienta'' y presumes de mis logros ''Si, Cris tiene un máster y ahora trabaja como directora de marketing'' pero al mismo tiempo yo nunca iba a ser suficiente, porque en algún momento de nuestra relación decidiste que entrar en chats para ligar con latinas era mejor opción que tener un momento íntimo conmigo o contarme a mi las cosas, porque era mejor volcar la culpa indirectamente en mi con frases como ''estabas tan volcada en la carrera, sólo te preocupaba el máster'' que claro, cómo no iba a ser la salida el entrar en amoresporádico y ponerme los cuernos sin despeinarte, obviamente no había otra solución. A veces pienso en si eso empezó a los cinco años (teniendo en cuenta que a los 7 años fue cuando nos mudamos a Madrid y llevabas ya 2 años con Angélica) o en realidad desde que empezamos a salir yo vivía enamorada de ti en una burbuja mientras tú ya me hacías el lío. No lo sé, son cosas que me gustaría saber para ganar un poco de paz mental, pero al mismo tiempo soy consciente de que no me aportan absolutamente nada.

Menciono lo de Angélica porque eso me destrozó, en realidad intenté taparlo, intenté salvar lo nuestro, pero todo lo que he conseguido ha sido que encubrieses más tus mentiras. Te voy a contar algo, en octubre de 2023, cuando estaba en el paro, tenía mucho tiempo para pensar, estaba hecha una mierda porque mi abuela había fallecido hace un mes y llevaba meses sin mirar tu móvil, porque ya estaba harta de encontrar cada vez que buscaba. No sé lo que es salir con alguien que tenga un móvil normal, sin cosas ocultas, sin que viva con la presión de ocultar chats a su pareja, sin que tenga nudes de tías latinas o reciba mensajes de hombres con los que tiene aventuras extrañas de dominación. Ese día vi una conversación en tu whatsapp en la que hablabas con una tal ''E'' de argentina, ni idea de cuándo empezó lo vuestro pero es fuerte la cantidad de mensajes que había, esos ''te amo'', esa relación romántica y un punto de preocupación al leer mensajes en los que pretendías coartar su libertad diciéndole que sus amigas no te gustaban, que no saliese, etc. ¿Tienes algún interés romántico en alguien o simplemente es algún rollo de dominación, de abuso emocional, de sentirte poderoso...? 

Como decía unas líneas atrás, menciono lo de Angélica, a la que por cierto, eres tan sumamente egoísta que jamás quisiste realmente de bloquear o dejar de hablar. Eso ya habla de lo poco que te importo, pero es algo que ya tengo superado. El problema no es Angélica, y es algo que pensé durante mucho tiempo. El único problema eres tú, tus mentiras, tus trampas, tus engaños, tu doble vida, tu whatsapp lleno de latinas bloqueadas a las que usas como un pañuelo que de desecha tras haberlo utilizado. Y todas acabamos igual. Supongo que yo he tenido algo distinto, porque si, recuerdo muy bien que has pagado mi máster, pero no te equivoques, estoy donde estoy por mi, por esforzarme, por superar barreras. El máster me permitió entrar, pero después me he movido yo y lo he conseguido yo, con esfuerzo.

Este año he conseguido tener la cabeza despejada, claro que lo pasé muy mal al no vivir ya en La Castellana, en un sitio que era mi hogar, pero durante mucho tiempo viví con sentimientos contradictorios. Por una parte, saber que en el fondo, no me querías, pero tampoco tenías el valor de echarme o de dejarme ir. Por otra parte, intentar salvar la relación, cuando lo que debí hacer fue cortarla de raíz tras lo de Angélica, porque... once a cheater, always a cheater. Andrea (mi psicóloga) me explicó que lo que me pasó es algo frecuente en personas que pasan por un momento traumático, y es que llegamos a disociar, podemos recibir palizas (no hablo en sentido literal, es figurado) y seguir rogando migajas de amor a quien nos hace daño. Si lo piensas, yo sólo intentaba recibir esas migajas de amor, cuando miraba tu whatsapp era con la esperanza de no encontrar nada... que hubieses cambiado, que dejases de hacer esas cosas, que me quisieses sólo a mi, que fueses capaz de trabajar conmigo por lo nuestro. Pero no, me quedé yo sola, durante mucho tiempo me quedé yo sola con la cuerda en una mano, esperando a que tú también tirases y fuésemos en la misma dirección.

El año pasado, en 2023, yo no hacía más que ponerte buena cara, proponerte planes a los que me decías que no, recibir malas caras por tu parte y si tienes la memoria difusa, recuerda aquella vez cuando me habían echado de Tendam, mi abuela estaba enferma entre el hospital y la casa de mis padres, yo había sufrido mucho a manos de Nuria y el equipo de Tendam, te propuse con mucha ilusión ir a un crucero por mi cumpleaños, algo muy barato y que pagaba yo, no me decías nada y unos días después, en el baño, mientras yo lloraba, me dijiste que no querías ir y no sabías como decirlo, que tú eres de blancos o de negros y que yo ya tenía que saber qué significaba eso. Eso, ¿qué significaba exactamente eso? es algo que traté con Andrea, porque no entendía nada, la última parte de nuestra relación se ha basado en que yo no entendía nada y sólo quería honestidad.

En ese momento me di cuenta de que no me querías, que no te importaba y además, me echaste prácticamente de Madrid, porque me dijiste que no pintaba nada aquí y que me fuese a Asturias. Y ojalá hubiese sido porque era más importante mi presencia en Asturias, junto a mi abuela, que en Madrid, pero no... era por ti, porque querías espacio, querías cortar la comunicación y yo tenía que adaptarme a eso. No voy a decirte que me dejaste tirada en verano, un verano que me pasé en el hospital con mi abuela y sola, sin mi pareja, para poder hablar contigo aunque fuese de otra cosa y despejarme unos minutos. No voy a decirte eso, porque ya lo sabes. No voy a decirte que me pasaba noches llorando, porque eso no lo sabes, pero me imagino que lo habrás pensado. No voy a decirte que le mentía a mi abuela, que preguntaba a diario por ti, diciendo que tenías mucho trabajo en Madrid, porque decirte que siento que eras un egoísta que me estaba poniendo los cuernos virtualmente de vacaciones en Asturias mientras yo pasaba el peor verano de mi vida es algo que ya te habrás imaginado. 

Luego volví a Madrid después del fallecimiento de mi abuela, porque necesitaba resetar y despejarme un poco, y pasó lo del robo. Lo perdí todo, y no sabes lo que me afectó eso, pero sí sabes que estaba yo sola en Madrid y que llamé yo a la policía desde el rellano a las 2 de la mañana muerta de miedo pensando que igual estaban los ladrones escondidos en casa, pero eso ya lo sabes, porque ya no había absolutamente nada entre nosotros. Volviste a Madrid, nos fuimos a cenar por mi cumpleaños y hasta ese día tuviste que nombre a Angélica, que seguíais hablando, pero que claro, te buscaba ella.

No quiero hacer esta carta mucho más extensa, tú en el fondo de tu corazón sabes qué clase de persona eres, porqué has hecho las cosas como las hecho y tendrás una respuesta para decirme por qué no puedes dejarme ir. Porque yo no lo sé, de verdad que no sé porqué no tenemos ya ningún vínculo (no sé nada de ti y tú no sabes nada de mi) pero al mismo tiempo me escribes un mensaje vago para preguntarme que qué tal la semana, y me llamas moppet, porque supongo que soy eso, o muggrel. 

Me merezco ser feliz, enfrentarme sola a los problemas, resolver las situaciones que se me presenten confiando en mi, porque estoy volviendo a creer en mi, a no compararme con nadie, a no ver a ninguna chica como una rival, a no tener miedo de que alguna de tus amantes me escriba un mensaje directo por Instagram (porque sí, me ha pasado dos veces), a pensar en que el futuro puede ser bonito a pesar del último año que he pasado.

Puedes quedarte con mis cosas si quieres, son cosas, no pasa nada, he perdido tanto... que cuatro chorradas materiales no van a ocupar una parcela en mis preocupaciones. Te deseo lo mejor, porque yo he sido muy feliz contigo durante un tiempo, he creído absolutamente en ti, te he apoyado siempre y creo que en el fondo, aunque te hayas descarriado mucho, hay una persona buena y espero que puedas ser esa persona que creo que hay en ti. 

Yo necesito volar, dejar de estar pendiente de si me escribes o no ese mensaje cada 4 o 5 días. Quiero reír, quiero volver a tener luz, quiero confiar en que todo va a salir bien, en que soy capaz de todo, quiero volver a ilusionarme y no quiero que eso sea a tu lado, porque nunca va a poder ser como yo quiero que sea.

Me merezco a alguien que no me oculte, a alguien que confíe en mi para contármelo todo, que se apoye en mi y en quién yo pueda confiar, que me haga sentir la mujer más guapa del mundo y no que esconda relaciones con tíos y con tías, que tenga una vía de escape en chats y que viva escondido porque no es capaz de afrontar su verdad, cualquiera que sea.

Sé feliz, brilla, llega lejos.

- Cristina.

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