Nadie dijo que los comienzos fuesen fáciles, la inseguridad es nuestro más común y temido enemigo, esa sensación de tener que dar un paso hacia atrás, esas dudas que invaden nuestro cuerpo y bloquean nuestra cabeza.
Cuesta confiar en alguien después de tantos fracasos, cuesta dejarse querer después de tantas mentiras, cuesta enamorarse... cuando aún no lo tenías en mente.
Me cuesta, creer que me quieres a mí, a mis defectos y a mis virtudes, a mis ideas locas, y no quieres solo una aventura de una noche.
Estoy cansada, de llorar, porque mi vida siempre ha girado entorno al amor, entorno a una persona, que me haga feliz, pero el amor falla, no dura eternamente, y es algo que parece que mi subconsciente aún no ha logrado comprender.
Este inicio es difícil, demasiado, tenemos bastantes contras y por ahora pocos pros.
No quiero que pienses que soy una niña, puedo hacerte muy feliz, si me dejas, pero no me vendas historias de amor fantásticas, no pretendas enamorarme con tan solo un par de frases románticas, no soy de esas, me enamoro de los actos no de las palabras.
Soy mitad impulsiva, mitad sensible, por tanto... no esperes que haga planes o que comente que me apetecerá hacer en nuestra próxima cita, me gusta vivir la vida a cada momento, plasmar la historia más bonita en un cuadro que dice mucho, pero... como tengo mi lado sensible, ten cuidado, no juegues conmigo, no dejes que derrame ni una sola lágrima por ti, hazme brillar, hazme florecer, que nos vean, y que el mundo se rinda a nuestros pies, que las miradas se centren en ver lo felices que somos.
Quiéreme, cada día más que el anterior.