I - Te tuve

14:26

Podría decir que fueron los días más felices de mi vida y juro que no mentiría.

El azar quiso que te encontrase en un momento determinado, o más bien... que me encontrases tú a mi.

Era frágil, tímida, inocente. Una pequeña princesa de cristal que creía en el amor, la magia, el destino, la posibilidad de que siempre exista una persona para nosotros, esa persona que siempre nos cuidará y a la que siempre querremos, pase lo que pase.

Al principio no creía en ti. ''¿Quién eres?, ¿Por qué me hablas?'', eran preguntas que rondaban por mi cabeza en esos primeros momentos, recuerdo vagamente que desconfiaba de ti, me preguntabas cosas sobre mi, yo rehuía las preguntas y pensaba ''¿Por qué demonios se interesa tanto por mi?''.

Tuviste tanta paciencia conmigo...

Poco a poco no podía remediarlo, sentía algo muy fuerte por ti y no había forma de controlarlo.

El primer día que te vi no sentí un cosquilleo en mi interior, sentí pura electricidad, sentí algo que a día de hoy sigo sin poder olvidar.

Juro que cuando me acercabas a ti en ese instante en que quería sacarnos una foto a ambos, rodeabas mi cintura con tus brazos, te inclinabas y me besabas fue el mejor beso de mi vida.

La despedida fue mejor, sonreír como dos completos idiotas, pero dos idiotas enamorados, y mientras me iba mi móvil no paraba de recibir mensajes tuyos, ''Te quiero, pequeña''.

Después de ese primer día juntos y ese primer beso definitivamente ya no había vuelta atrás, estaba completamente enamorada de ti.

Lo sé, sé que enamorarse así, tan instantáneamente de una persona puede llegar a sonar irreal, muchos dirán que sólo sucede en las películas románticas o en novelas, muchos dirán que enamorarse a primera vista es algo ilógico, pero... el amor no entiende de lógica, edades, ideologías y otras cosas... el amor va por libre, el amor puede cambiarte totalmente.

***

El instituto es difícil cuando tienes catorce años, y si no eres la chica popular amiga de todos más aún.

Mi vida en aquel entonces era puro huracán de sentimientos, me levantaba decaída, triste, pensando en la lucha diaria de 6 horas en clase, me torturaba pensando por qué me lo hacían pasar tan mal si nunca le había hecho mal a nadie.

No quería moverme, no quería mirar a nadie, no quería saludar a nadie, no quería respirar siquiera, porque hasta cuando respiraba tenía detrás a alguien dispuesto a hacerme daño, sólo quería llegar a casa dónde estaba segura.

Tú eras mi mayor apoyo por aquel entonces, te contaba todo desde un principio, veías mi fragilidad y aún así me querías, tú me dabas fortaleza, una fortaleza que con el tiempo me arrebataste.

***

Vivía de amor, no necesitaba nada más, a tu lado sentía estar en una nube de forma permanente, y te di todo mi amor, cariño, confianza, te lo entregué todo, pero a veces las buenas intenciones no tienen validez alguna cuando cometes un error que lamentarás toda tu vida, un error que te costará lo que más quieres.

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¿Qué tal todo, Bloggers?, esto que acabáis de leer es la primera 'carta' de cinco, publicaré una cada miercoles. Por supuesto, forma parte de una historia, una historia que he contado mil veces en el Blog, pero no así...

Si os interesa, entrad cada miércoles en el Blog, os sorprenderá.