Hola. ¿Puedo pedirte algo?, no seas hipócrita, por favor.

*** 

Nos encontramos cada varios meses, siempre de casualidad y justo cuando tengo uno de esos días perfectos. Yo intento hablar, saber qué tal estás, olvidar por un momento que ahora somos ''conocidos'' o tal vez ni eso. Sueles mirarme con cara de indiferencia, hacer como que te importa lo que cuento aunque tal vez deberías recordar que yo te enseñé a hacer eso y como tal, me doy cuenta de que no te importo en absoluto.

Siento que quedo en ridículo, que todo es ridículo, el apenarse por una relación que ya no existe y no va a existir nunca más, el apenarse por saludarnos como si todavía nos importase, el apenarse por seguir caminando y tratar de hacer como si nada hubiera pasado.

Me duelen algunas situaciones, soy sensible y por supuesto que ver a ciertas personas consigue remover algo en mi interior. No soy de hielo aunque tú me hayas visto siempre con esa máscara y la lealtad es de las cosas que más valoro en alguien. Nos fallamos, ambos. Ya no queda nada y es triste que sólo tú lo hayas visto.

Que me quede bloqueada cuando te veo porque pienso en todo lo que pasó, en las discusiones, en la gente que se metió entre nosotros, en que dejamos pasar demasiado tiempo, en que intentamos hablar una tarde y todo era diferente, en que el tiempo ha pasado tan deprisa y no lo he notado.

Te necesité en momentos duros, en momentos felices, en mi vida en general y no estabas. Soy frágil, me cuesta confiar en la gente pero cuando confío intento que sea para siempre. Confiaba más en ti que en muchísimas personas, algo lógico teniendo en cuenta todo lo que hemos ido viviendo a través de los años.

Hoy nos encontramos por casualidad, sentí que fue algo frío, que me hablabas hasta con un cierto grado de compasión y en definitiva que esto estaba roto, que ya no habría nada y que sería como fue.

Me hubiera gustado decirte todo esto a tí, pero ya no tengo tu teléfono y dudo que tú tengas el mío. Me hubiera gustado decirte que no hace falta que seas hipócrita, que obviemos los saludos de ahora en adelante y nos ahorremos esos dos minutos incómodos de conversación, que sigamos caminando sin remordimientos, al fin y al cabo... ¿Acaso nos importamos ya?.