Y no resisto, no soy capaz a seguir fingiendo. Siento en estos momentos que soy una mentirosa, que de tanto intentar sujetar mi mundo se me está derrumbando, y... desde hace tiempo hay dos Cristinas: la feliz y la triste, creo que son dos extremos, o estoy feliz o triste pero nunca estoy feliz del todo, en cambio... puedo llegar al abismo de la tristeza. Hoy... he vuelto a mentir, concretamente, le he mentido a el. Hemos empezado a hablar (aparentemente) sin ningún rencor ni sentimiento, pero... por mi parte, me he contenido, y mucho... ya es algo mecánico, el fingir estar bien, no quiero que me pregunte que me pasa y yo, tener que contestarle que el motivo de mi caos es él. No soy capaz a decirle que lo sé todo, no soy capaz a decirle que sin el estoy desorientada, como si alguien me hubiese encerrado en un cuarto oscuro y tuviera que buscar una luz. Lo echo de menos, todo... el llamarle cariño, el esperar impaciente un mensaje suyo, el tirar medio armario abajo para buscar que ponerme ese día que le veía, esas discusiones sobre su coche favorito, esos besos, esos abrazos.