He oído tantas veces la famosa frase 'Desearía que mi vida fuese una película', que ya solo puedo pensar esto: ¿De verdad desearía uno que su vida fuese una calcomanía de un guión cuya finalidad es entretener al público durante unas escasas dos horas?.
Nacemos para vivir, el propósito de la vida es enfrentarse a retos, conocer las diferentes facetas de una persona, tomar decisiones...
La vida en una película siempre es perfecta, pero la perfección no existe, es un espejismo. La vida es una hoja en blanco, a la que añadimos trazos con un rotulador permanente, con éxitos y derrotas.
Y... en este momento, me siento como si levitase, como si tuviese alas, y es gracias a ti.
No hay un solo día en que no sonría, en que no me quede colgada del teléfono durante horas escuchando tu voz, esa voz, que se cuela en mis oídos como una dulce melodía a la que soy adicta. Ni un día en que no sienta un grupo de pequeñas mariposas revoloteando por mi interior cada vez que escucho un te quiero proveniente de tus labios, de tus perfectos y cálidos labios.
Me gusta que sonrías, que me aburras con curiosidades, aunque en realidad jamás has conseguido aburrirme, me gusta que tengas una respuesta para cada una de mis preguntas disparatadas, me gusta que te enfades, me gusta que me enseñes a vencer mis inseguridades, me gusta que intentes tocar mi canción favorita con la guitarra, me gusta correr y que te hagas de rogar a la hora de besarme, me gustas tu, completamente.
No eres perfecto, pero eres quien más se acerca a la cima de esta montaña llamada perfección.
Nacemos para vivir, el propósito de la vida es enfrentarse a retos, conocer las diferentes facetas de una persona, tomar decisiones...
La vida en una película siempre es perfecta, pero la perfección no existe, es un espejismo. La vida es una hoja en blanco, a la que añadimos trazos con un rotulador permanente, con éxitos y derrotas.
Y... en este momento, me siento como si levitase, como si tuviese alas, y es gracias a ti.
No hay un solo día en que no sonría, en que no me quede colgada del teléfono durante horas escuchando tu voz, esa voz, que se cuela en mis oídos como una dulce melodía a la que soy adicta. Ni un día en que no sienta un grupo de pequeñas mariposas revoloteando por mi interior cada vez que escucho un te quiero proveniente de tus labios, de tus perfectos y cálidos labios.
Me gusta que sonrías, que me aburras con curiosidades, aunque en realidad jamás has conseguido aburrirme, me gusta que tengas una respuesta para cada una de mis preguntas disparatadas, me gusta que te enfades, me gusta que me enseñes a vencer mis inseguridades, me gusta que intentes tocar mi canción favorita con la guitarra, me gusta correr y que te hagas de rogar a la hora de besarme, me gustas tu, completamente.
No eres perfecto, pero eres quien más se acerca a la cima de esta montaña llamada perfección.
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