No pretendas que sea la segunda, la otra, por que nunca lo he sido y jamás lo seré.
Me has arruinado unas cuantas noches dándome bastantes quebraderos de cabeza, pero se ha acabado, la verdad siempre sale a la luz, y esta vez has sido tu el que se se ha descuidado.
Me he sentido mal, la almohada ha sido testigo de la aberrante cantidad de lágrimas derramadas por ti, pero... no es mi culpa, yo vivía feliz en la ignorancia, desconociendo lo hábil que puedes llegar a ser mintiendo, y la pura verdad es que me siento horriblemente mal, pensando en todos las noches que he estado abrazándote, besándote, pensando en lo perfecto que eras, cuando tu estabas pensando en lo perfecta que es tu novia.
Rompí la regla de ser fría, de tener miedo al compromiso, me entrego a ti, pierdo el miedo, me quito ese caparazón de encima y... ¿Esta es mi recompensa?, podría hablar con ella, decirle que clase de novio tiene, pero... ¿Gano yo algo así?, el amor viene y va... y cuando no existe amor, simplemente es cuestión de saber irse en el momento correcto, con la cabeza alta.
Sigues llamándome, todos los días, para verme, pero... no quiero, no quiero verte, detestaría verte, no sabría que decir, supongo que dejaría que mi lado más primitivo hablase.
Soy una defensora del amor cortés, del romanticismo del siglo diecinueve, no me gustan estas nuevas relaciones, dos personas enamoradas y una de recambio, no soy el regalo opcional de algunas cadenas de hamburgueserías, soy yo, una chica que en ocasiones se cree superior a todo, que no deja que nada la supere, que siempre ve el vaso lleno al 100%, que de todo lo malo encuentra una lección, y... seamos sinceros, me has utilizado, muy bien, ¿Has ganado algo?, no, al contrario, ahora mismo has perdido mi respeto hacia ti, mis locas ganas de verte cada semana, mis mariposas en el estómago cada vez que llegaba la hora de verte, has perdido la oportunidad de conocerme, y... con el tiempo, la perderás a ella, perderás su confianza y su amor, y te quedarás solo, que es justo lo que te mereces, pero... recuerda, no soy la otra ni la segunda, soy la primera, en todo.