Ya era hora, de volver a mirar de frente, sin bajar los ojos, de mantener la cabeza alta, bien alta, que llegue a tocar el cielo.
Es el momento de cambiar, poco a poco, de no retener el pasado, porque ya está acabado, de no culparme a mí de las decisiones de otros, de volver a valorarme, algo que tenía bien olvidado.
Por primera vez en mucho tiempo me siento bien, relajada, no tengo que fingir, no tengo que sonreír por obligación, es una sensación que desconocía, pero creo que podría describirla como el estar tumbada en una playa paradisíaca, con el cielo en tonos rosados que se mezclan con el azul más claro posible, estar rozando la arena blanca y fina, y sentirme libre, esa sensación de no saber por que estoy bien, pero estarlo, sin más, tal vez sea que mi conciencia ha dicho 'basta', se ha dado cuenta de que tras este duro año era el momento de dejarme descansar, que las noches durmiendo a medias, llorando hasta conseguir dormirme se iban a acabar, que era el momento de pasar página, de deshacerme de los malos momentos que he pasado en medio año y seguir hacia adelante.
Ya no me siento mal, ya no lloro, con el tiempo le olvidaré, mientras tanto, sonrío, por que a partir de ahora seré feliz, como antes, y me he hecho una promesa a mi misma, que nadie volverá a colarse en mi vida para intentar romperla, no necesito príncipes que quieran impresionarme con su carruaje y posteriormente me dejen olvidada, a partir de ahora la única que controla mi vida soy yo, por que yo soy la reina de mi vida.

- La foto es fruto del aburrimiento ayer en casa, ahora que la veo... no me gusta nada brr!