Estoy harta, más que harta.
Me fuí, de esa ciudad, en busca de algo de calma, de tranquilidad.
He estado años oyendo de todo sobre mí, 300 personas, día a día viviendo mi vida como si fuese suya.
he tenido una fortaleza admirable, porque poca gente, aguantaría tanta presión.
Este año, solo tuve una salida, irme, ¿Acaso tenía algún sentido el seguir dándoles la oportunidad de hablar de mi?, no, ese no era mi lugar. Al principio hasta me hacía gracia, les animaba, a que hablasen de mi, que inventasen, que creasen, solo me hacían daño a mí, y... ni eso.
Pensé que pronto se les pasaría esta manía, pero no, así siguieron, me sentía como si llevase a paparazzis detrás de mi, como si mi vida estuviera sujeta por cuerdas, como si fuera un títere sin cabeza, llegue a hartarme de mí, me miraba al espejo y no me reconocía, algunos días no se por qué, lloraba hasta quedarme dormida, otros días me fotografiaba con mi mejor aspecto, sacando mi cara de chula, como solo yo se, daba de que hablar, me gustaba destacar, explotaba mis puntos fuertes, mi potencial, algunos se morían de envidia, y cada día tenía más defensores y más detractores.
Cuando quise acabar con este juego, todo había llegado muy lejos, yo ya no podía más, hasta el punto de no querer salir, o de salir, y literalmente beberlo todo.
Es una de esas espirales en las que entras, lo tenía todo, dinero, amigos, poco a poco empecé a perderlo todo, me quedaba sola, con el dinero, por que mis amigos preferían ser anónimos.
Me harté, decidí irme, me costó.
Cuesta empezar de cero, la verdad, por que... no sabes como ser, no sabes si desplegar las alas como un pavo real, no sabes si meterte en una esquina, apartada de todo.
Ahora todo es perfecto, no me puedo quejar, vivo en una gran ciudad, donde todos aspiran a algo, donde paso desapercibida...
Lo siento, me he cansado, ya no quiero tanto protagonismo, me quedo aquí, cuando me canse de este juego, puede que vuelva, para ser la reina.